¡AY VIDA MIA!

Emanuel lleva años soñando con el día de su jubilación. Durante más de treinta años, ha sido un profesor dedicado, profesional y disciplinado que se jacta de que nunca ha faltado al trabajo ni un día. Emanuel reúne ahora todas las condiciones para la jubilación que siempre imaginó junto con la paz y tranquilidad que necesita para cumplir un viejo deseo: escribir finalmente su primer libro.

Y, exactamente el primer día de su nueva vida de jubilado, es cuando sus planes comienzan a torcerse. Eso se debe a que llama a la puerta Ricardo, su desatinado hermano menor, del que no tiene noticias desde hace más de un año, recién llegado de Angola, donde se refugió para escapar de deudas y deudas de muchos años de chanchullos y malos negocios.